El retroceso en la inversión solar incluye una caída del 28% en la inversión en instalaciones fotovoltaicas de menos de 1 MW, con un total de 40.000 millones de dólares. Sin embargo, BNEF tuvo cuidado en señalar que este descenso se debió en gran parte a unos sistemas más baratos, no a la falta de interés en la energía solar distribuida.
En general, la tendencia de disminución de la inversión nada tuvo que ver con la buena marcha de las instalaciones, sino más bien con los costes de la tecnología que durante los últimos doce meses se redujeron en toda la cadena de valor en una proporción que Lazard cuantifica en un 11%, pero que otras fuentes sitúan en proporciones más altas. BNEF estima que el año pasado se completaron 70 GW de proyectos de energía solar fotovoltaica, lo que supuso un aumento del 20% respecto a los niveles de 2015.
Un área que muestra esta aparente contradicción fue Asia. A raíz de un volumen global sin precedentes de instalaciones en la primera mitad del año -sólo China instaló 20 GW-, el mercado del gigante asiático se desaceleró considerablemente en la segunda mitad, y BNEF señala que China y Japón están sufriendo problemas en la red debido a la ingente cantidad de capacidad fotovoltaica que han inyectado a sus respectivos sistemas.
“Después de años de inversión récord impulsada por algunos de los subsidios más generosos del mundo, China y Japón están reduciendo la construcción de nuevos proyectos a gran escala y reorientándose hacia la digestión de la capacidad que ya han puesto en marcha”, dijo el director de Asia de BNEF, Justin Wu.
“China se está enfrentando a una menor demanda de energía y crecientes restricciones a la energía eólica y solar. El gobierno ahora se ha centrado en la inversión en las redes y la reforma del mercado de energía de modo que las energías renovables puedan generar todo su potencial al máximo. En Japón, el crecimiento futuro no vendrá de proyectos a escala comercial, sino de sistemas solares instalados en las azoteas de las viviendas por unos consumidores cada vez más atraídos por una economía más proclive al autoconsumo”.
Los problemas a los que se enfrenta la industria solar no se circunscriben a Asia. BNEF también señala que muchos países en desarrollo han visto caer la inversión en energía limpia en 2016, debido a la dificultad que muchos proyectos adjudicados en las subastas han tenido en la obtención de financiación por el final del año. ¿Habrá sido este el caso de Forestalia?
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