Si la rutina se instaló en tu intimidad, busca junto a tu pareja la forma de sacudirla. Las relaciones sexuales son juegos de adultos, para disfrutar, para sentir placer y si es al caso para aumentar la comunicación afectiva en la pareja.
Cuando se repite el repertorio erótico y deja esa sensación de aburrimiento o las relaciones se vuelven mecánicas con poca o nula espontaneidad, es momento de conversar con la pareja, (sin culparse ni señalarse) y buscar entre ambos alternativas adecuadas al estilo de ustedes, que resulten divertida y que les permita abrirse de nuevo a los juegos. Propongo algunas:
La botellita
Este juego sexual es un clásico. Aquí el guión es abierto. Podrían comenzar vestidos para que el juego vaya tomando intensidad progresiva. Es ideal para un preámbulo. Giren la botella y diviértanse solicitando las peticiones que más deseen o cumpliendo las que les pidan.
Tu turno, mi turno
Con la ayuda de algún reloj, propongan una cantidad de minutos: 1..2 .. 3 o los que quieran. En ese tiempo, uno de ustedes le brindará al otro placer con la técnica que más le guste, cuando suene el reloj, toca el intercambio y el otro no podrá repetir lo que acaba de hacer su pareja. Esto de alguna forma incentivará la creatividad entre ustedes, pues si alguno ya se adelantó con una sesión de caricias (por ejemplo) a quien le toque, tiene el rol de inventar una nueva forma de darle placer al otro.
Bomba de tiempo
Con el mismo reloj, propongan un tiempo: 5, 10, 15 o los minutos que quieran, en ese espacio la idea es acariciar, besar, chupar, morder, usar temperaturas, texturas o lo que les provoque pero SIN penetrar. El coito puede esperar.
Corto-Largo
Directamente sobre el genital de tu pareja, lame 5 veces (o el número que quieras) la zona de forma corta, cortita… que deje la sensación de querer mas. La sexta que sea una succión larga, profunda, intensa. Repite el procedimiento. Puedes apoyarte con algún gel comestible para que el sabor sea diferente.
Lo anterior son sólo propuestas. Te invito a probarlas!! Sé que a muchas parejas adultas les da temor a ser juzgado por dejarse llevar y divertirse. La intimidad no tiene que ser estructurada, rígida o normativa. Permítanse un espacio libre. A las parejas que juegan, se les nota! (y a las que no, también)
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