martes, 21 de julio de 2015

Guía para follar en público


"Tíos, venid aquí un momento. Tengo algo que contaros. Joder, hostias. Venid, traed unas latas que os tengo que contar una movida. Apagad los jodidos teléfonos móviles. Sentaos, aquí mismo. Aparta las revistas estas, Juan, ponte ahí. Pasadme una cerveza. Joder, qué bien. Están bien frías. DE PUTA MADRE. Bueno tíos. Ya sabéis que ayer me quedé charlando con esta tía después del concierto de Crazy Spirit, ¿no? La morena bajita. En fin, esa. Joder, os lo juro. Yo no hago estas cosas, yo no soy así, o eso creía. El caso es que, joder, no sé cómo fue la cosa pero al cabo de unas hora o así estábamos follando en el parque de al lado de la casa. Ahí en medio, con los taxistas parándose y pitando y todo esto. Esperad, os lo cuento desde el principio. Poco a poco. Abrid unas latas. Mirad, justo después de que os largaseis fuimos a pillar unas cervezas en la barra y luego salimos a fumar...".
Qué os parece esto. Empezar con un poco de literatura, un poco de ficción. Esto siempre viene bien. Salirse un poco de la idea de artículo periodístico al uso, ¿sabéis? Bueno, "redactorcillo", tampoco te creas un genio, de hecho eres patético. En fin. Hablemos sobre follar en el espacio público, que de esto trata hoy el asunto.
Supongo que alguna vez habrás visto a una pareja de personajes ebrios follando en una calle relativamente apartada durante las fiestas de tu pueblo. Espectáculo hasta cierto punto grotesco que, de todas formas, te genera cierta envidia puesto que te gustaría ser tú uno de esos tipos copulando. Puede que incluso tú hayas sido uno de estos individuos que le folla en las calles. Sea como sea, no te preocupes, todo está bien. El verbo follar funciona igual de bien tanto en interiores como en exteriores. El sexo es algo bonito, ya que es de las pocas cosas que generan una burbuja impermeable que nadie puede reventar. En ese momento nada existe fuera de la cópula, no hay edificios ni señores en coches ni comercios ni Dios, ni sol. Joder, por no haber no hay ni sol. Es como esos casquetes en la película Ken Park; puros, perfectos, amistosos. Unos casquetes que generan un mundo nuevo, ágape sexual ajeno a la realidad mundana. Esa es la idea, estar tan metido en el asunto que ignoras que estás en un parking follándote a otra persona.
UNAS PALABRAS PARA EL CRUISING
Ante todo hay que respetar a los profesionales. Hay gente que lleva años manejando esto de follar en la calle. Este es su pequeño apartado, sus 15 minutos de fama, la muestra de respeto, el "¡muy bien, chicos!" más merecido del mundo. Ellos son los profesionales. Nosotros no lo somos. Ellos lo hacen a menudo, nosotros de forma casual. Nosotros no quedamos en baños de estaciones de autobuses o trenes, gimnasios, parques o centros comerciales para tocarnos las pollas. Nosotros somos los amateurs, los aficionados. La medalla, el podio más alto, es de ellos, no nuestro.
¿QUÉ CLASE DE GENTE TIENDE A DEJARSE LLEVAR Y EMPEZAR A FOLLAR EN LA CALLE?
La muerte abraza a todos; ricos, pobres, gente sana y enfermos terminales. El "follar en la calle" es parecido, cualquier pobre diablo puede encontrarse haciendo algo parecido el día menos pensado. Oficinistas encorbatados que pretenden "salvar su matrimonio" flirteando con inesperadas amantes universitarias, ancianos saliendo del bingo, pre adolescentes que no tienen donde follar y empleados de transportes públicos nocturnos que con las bromas picantes terminan congeniando genitales. Levántate de la silla ahora mismo y ve al baño, mírate al espejo. Ahí está, ahí tienes a la persona capaz de follar en los baños esos del Ikea, los que están hechos para cambiar los pañales a los bebés.



Fotografía de Kohei Yoshiyuki. 
ESOS TIPOS QUE SE PONEN A MIRAR
El sexo atrae. ¿Sabes cuando te encuentras a una tía de enormes tetas de silicona por la calle y hay un tipo con una cámara detrás y piensas "estos tipos están rodando una porno" y te quedas un rato mirando para ver qué coño "a ver si la cosa se tercia y termino metido en este embrollo"? Exacto. Todo gira alrededor del sexo, ajeno o propio, la búsqueda constante del coito. Es normal que si te pones a follar dentro de un coche aparcado la gente se acerque a mirar. Eres su vídeo porno real; en vez de pantalla de plasma hay un cristal. En vez de Xhamster es un Renault Clio. Te has convertido en la fantasía sexual de otro. ¿Incómodo? ¿Repugnante? Puede, pero creo que incluso se puede llegar a considerar un auténtico honor.
SITIOS PROPENSOS A ALBERGAR CASQUETES
El espacio público pertenece a todos los residentes de la ciudad. Cualquier esquina, cualquier fuente es lícitamente transitable para el follador urbano. Parques, baños públicos, coches aparcados, en medio del tumulto durante las fiestas de la ciudad, esquinas que funcionan a modo de "puntos muertos", entradas de metro... Cada uno de estos emplazamientos tiene sus pros y sus contras. La arena de la playa parece cómoda pero realmente es tu peor enemigo; los sistemas de riego automáticos de los parques pueden generar imágenes muy bucólicas pero por mis pelotas que recibir un chorro de agua justo por donde normalmente defecas no es algo que a todo el mundo le apetezca. Ya sabéis. Utiliza sabiamente tu imaginación. Es más, en el estado de embriaguez sexual el órgano que utilizarás para pensar serán tus genitales y, creedme, lo harán muchísimo mejor que tu blando y cansado cerebro.
ROBOS DURANTE EL COITO
Los paisajes previos al orgasmo son el sitio perfecto para cometer todo tipo de acciones fraudulentas. Maldita sea, ¿a quién no le han arrebatado el móvil, la VISA o la tarjeta de transporte para menores de 12 años mientras estaba manejando asuntos en el capó de un coche? Es normal que el contenido de los bolsillos se disperse y no vas a follar con el bolso puesto. Los malhechores (en serio, ¿decir "malhechores"? ¡estamos en el 2015!) se acercarán para arrebatar todo aquello que reste en el suelo, inerte y no vigilado. Lo que nunca, NUNCA —ni que lo deseen con toda su alma— podrán llegar a arrebatarte será la experiencia del coito urbano. Mientras revendan su Samsung en una tienda desearán con todas sus fuerzas tener la posibilidad de devolvértelo a cambio de poder haber sido ellos los que estaban fornicando, ni que solo fuera durante 5 segundos. 5 míseros segundos.
LA VIRALIDAD
El voyeurismo es una cosa, lícita. Registrar actividades ajenas en soportes físicos también es correcto siempre que se genere una pieza de autoconsumo. Pero compartir estas grabaciones en el escaparate siniestro de internet es de insensato y puede llegar a generar reacciones realmente lamentables. ¿Qué te está pasando, humanidad?
LO RACIONAL Y LO IRRACIONAL
Al fin y al cabo todo es un juego entre dos opuestos; entre el ser racional que quiere ir con cuidado y no volverse demasiado loco y el animal irracional de genitales al rojo vivo que funciona a base de impulsos y esperma en la sangre. Se debe encontrar la armonía entre la pasión y el cálculo frío. Depende de cada persona manejar el tanto por ciento de presencia de cada una de estas dos dimensiones y de ello dependerá completamente el resultado sexual callejero. Podrá ser algo disfrutable y puro o podrá palidecer ante una impecable sangría de miedos, inseguridades y sufrimiento.
Vice.com

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