Las grandes meteduras de pata de la historia

Aunque nadie está a salvo de cometer errores, algunos pueden resultar fatídicos para los imperios, las ciudades o las empresas más sólidas. El diario 'The Independent' ha hecho un compendio del algunos errores que desembocaron en la caída o formación de imperios enteros o que, sencillamente, cambiaron la historia para siempre.

China no debió meterse con las hermanas Trung

Las hermanas Trung Trac y Trung Nhi son veneradas como heroínas nacionales en Vietnam, y tienen motivo de sobra para serlo. Vivieron en el siglo I d.C., en una época en que China se expandía a costa de sus vecinos. El marido de Trung Trac fue ejecutado tras intentar emprender una rebelión contra los invasores, y ella fue violada. Lo que no tuvieron en cuenta los invasores chinos es que las hermanas Trung eran hijas de un alto jefe militar, razón por la que ambas dominaban las artes marciales, y conocían el arte da guerra. Gracias a ello las hermanas encabezaron un movimiento de insurgencia compuesto principalmente de mujeres. Primero expulsaron a los chinos de su tierra, y luego liberaron a todo el país. Durante tres años gobernaron la parte que actualmente ocupa Vietnam, que entonces se llamaba Linh Nam, pero en el año 43 se suicidaron ahogándose en un río tras perder una batalla decisiva.

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Hay que andarse con cuidado con los hornos de pan

Para reducir a cenizas la mitad de Londres, incluyendo la antigua catedral de San Pablo, bastó con un solo panadero. El 2 de septiembre de 1666 un incendio se declaró en la panadería de Thomas Farriner. El fuego, que duró cuatro días, destruyó 13.200 casas donde vivían 70.000 de los 80.000 habitantes de Londres.

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Los mensajeros no tienen la culpa

Gengis Kan, el temible fundador del primer y el más extenso imperio mongol, no tenía intención en un primer momento de conquistar Corasmia, el imperio que ocupaba el territorio que hoy se corresponde con Irán, Turkmenistán, Uzbekistán, así como parte de Afganistán y Azerbaiyán y Kazajistán. Lo que quiso fue comerciar con este imperio, y para ello envió al emperador Mohamed II una caravana de 500 musulmanes con regalos, que resultó detenida en Corasmia, y luego a tres embajadores más para salvarla. El emperador respondió ordenando matar a los que formaban la caravana, decapitó al embajador, que era musulmán, y rasuró a los embajadores mongoles antes de enviarlos de vuelta a casa. En respuesta, Gengis Kan desató una guerra que duró dos años, destruyó el Imperio corasmio y, no conformñandose con ello, siguió invadiendo nuevos territorios hasta terminar conquistando casi toda Eurasia.

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Un imperio por dos ojos

Según cuenta la leyenda, el veneciano Enrico Dandolo viajó al Imperio bizantino para servir allí de embajador y, aparentemente, fue cegado por el emperador Manuel I Komnenos en el año 1171. Una tercio de siglo después, Enrico Dandolo, ya en calidad de duque de Venecia, regresó a Constantinopla como líder del ejército veneciano que participó en la Cuarta Cruzada y que terminó conquistando y saqueando esta capital en el 1204. Dandolo murió un año después con casi 100 años de edad. Y para entonces Imperio bizantino ya había dejado paso, tras la caída de su capital, al efímero Imperio latino (1204-1261).

Dominio público

¿Como arruinar la empresa más antigua del planeta?

Kongo Gumi fue una empresa japonesa que empezó su negocio de construcción de templos budistas en el año 578, desarrollándolo durante los siguientes casi 1.430 años. La empresa dejó de existir en 1996, lo que se debió, por un lado, a los cambios sociales que redujeron la demanda en nuevos templos y, por otro, a las malas decisiones tomadas por sus gerentes. Una de estas fue tomar prestado mucho dinero durante el auge económico de los años 80, algo que durante la recesión de los 90 se convirtió en una deuda abrumadora. En resultado Masakazu Kongo, el 40º y último heredero de la compañía, se vio obligado a vender la compañía a la constructora Takamatsu, que la absorbió por completo.

Dominio público 

Piénselo dos veces antes de matar a todos los pájaros

Los chinos exterminaron a casi 2.000 millones de gorriones en 1958, a instancias de Mao Zedong. De esta manera, el líder de la revolución china esperaba salvaguardar las semillas de los campos, suficientes para alimentar a 35 millones personas. En Pekín y las provincias costeras los residentes exterminaron también a otros pájaros pequeños. En un año las cosechas se aumentaron considerablemente, pero, paralelamente, se propagaron las orugas y saltamontes que las esquilmaron. La hambruna que derivó de aquello se cobró las vidas de al menos 10 millones de personas. Dos años después Mao Zedong ordenó dejar de exterminar a los gorriones, mientras se debía seguir exterminando a ratas, chinches, moscas y mosquitos. A principios de este siglo China anunció una campaña de defensa de los gorriones en el marco de la cual compro muchos de ellos a países extranjeros.

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Establecer una colonia y perder la independencia

Escocia también quiso tener sus propias colonias en América y estableció una en 1696 en Caledonia, en el territorio que hoy ocupa Panamá. El país tuvo que pedir prestado mucho dinero a Inglaterra para mantener a su colonia, pasto de las enfermedades y acosada por los conquistadores españoles. Finalmente, los españoles se impusieron, y Escocia se quedó sin colonia y con una deuda que la debilitó hasta tal punto que el país perdió su independencia, ya que no pudo oponer mucha resistencia a la creación del Reino Unido en 1707, de la que forma parte desde entonces.

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Las imprevistas consecuencias históricas de conducir ebrio

El Árbol de Teneré era el único árbol dentro en un área de 400 kilómetros cuadrados en el desierto del Sáhara. Incluso se lo consideraba el árbol más solitario del mundo. Servía de único punto de referencia en el desierto entre Níger y Chad, y marcaba el pozo cerca del cual creció. Sin embargo, única acacia fue derribada por un conductor ébrio en 1973 y desde entonces se conserva en el Museo Nacional de Níger.

Michel Mazeau / CC BY-SA 2.0

No es una buena idea invadir Rusia

Tanto Napoleón como Hítler se lanzaron contra Rusia tras haber conquistado exitosamente otros países, pero ambos fracasaron. Y lo mismo le ocurrió a todos los que intentaron conquistar este país en transcurso de siglos, concluye 'The Independent'.

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