Con un enfoque filosófico de la biología, el investigador Jaime Fabrizzio Guerrero McManus estudia los diferentes tipos de discriminación en la sociedad mexicana, y aseguró que la homofobia “está moldeada por prejuicios y creencias que terminan estructurando una figura emocional específica”.
Para el doctor en Filosofía de la Ciencia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el combate a cualquier tipo de discriminación no basta únicamente luchar con discursos y estrategias de integración “porque tenemos un cuerpo sensible al contexto social”.
El especialista afirmó que hay que reconocer una faceta emocional en el prejuicio; no es la única pero es importante hacerla perceptible para combatirla. “Si creemos que el problema de la homofobia es única y exclusivamente discursivo o institucional, perderemos de vista el hecho de que se introyecta y se interioriza de manera que se vuelve una respuesta emocional automática que no es fácil de desmontar si nada más atendemos los problemas institucionales y discursivos”, enfatizó.
“La parte filosófica de mi trabajo es mostrar que ahí es donde biología, ciencias sociales y psicología pueden tener una sinergia, una interacción simbiótica más profunda”, agregó.
Los métodos que usó el doctor Guerrero McManus para desarrollar su proyecto de investigación fueron, además de acercarse a lecturas de diversas disciplinas, el intercambio y discusiones con colegas expertos.
El hecho de formar parte y dirigir el Seminario Interinstitucional de Filosofía de la Biología, en el que participan investigadores y científicos de la UNAM, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y el Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano.
De acuerdo con el también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) con el nivel I, existe la posibilidad de trazar puentes para beneficio de todos si nos percatamos de que tenemos un cuerpo biológico forjado por la evolución, que es altamente sensible a contextos culturales, políticos y sociales, de tal manera que reacciona y se adapta a estos, y que es algo que deberíamos esperar de dicha evolución.
“La evolución humana ha ocurrido en ambientes heterogéneos: con arreglos poblacionales distintos, con contextos florísticos y faunísticos diferentes. Lo que deberíamos esperar es precisamente una plasticidad conductual y cognitiva que nos permita tener distintos arreglos poblacionales y diferentes estructuras de deseo, porque serían fundamentales para establecer esas configuraciones sociales”, señaló el especialista.
Con una aproximación metodológica estratégica en la que combina herramientas epistemológicas, de historia, y en un íntimo diálogo con la biología, el doctor Guerrero McManus afirmó que para la pregunta “¿naces o te haces homosexual?” no existe una respuesta al disyunto.
“Más que tratar de responder la pregunta voy a cuestionar la misma: ¿en qué momento en la historia aparece la interrogante como una pregunta clara que podemos plantearnos? Es algo muy reciente. Estamos hablando del último tercio del siglo XIX, cuando Francis Galton (primo de Charles Darwin) generó la disyuntiva ‘naturaleza contra crianza’”, comentó.
El especialista aseguró que la biología, desde los años 80 del siglo XX a la fecha, está en un proceso de crítica profunda hecha por esta ciencia en ramas como evolución del desarrollo y ecología, mismas que dicen “no podemos hacer la distinción”.
Advirtió que “el programa genético se va expresando en el desarrollo a través de distintos recursos que no controlan los genes. Cuestiones como qué tipo de ambiente está de fondo; la herencia materna que tiene que ver con la estructura misma del huevo; la herencia vía leche materna; procesos homeostáticos que dependen del cuerpo de la madre”.
“Si tomamos esta biología de última generación, lo que tenemos es una respuesta que no admite la pregunta ‘¿naces o te haces?’ (...) Se plantea así en el día a día por el estrés de saber por qué soy como soy. ¿Así nací o algo me pasó de chiquito?”, expresó Guerrero McManus.
Para el investigador, dicha interrogante es “sospechosa”. En sus palabras, esta pregunta tiene que ser reconstruida. “Y ahí necesitamos tanto filosofía como historia y biología. No se trata de preguntar por qué soy lo que soy, sino quién quiero ser y cómo puedo llegar a serlo”, concluyó.
Fuente: Agencia Informativa Conacyt / Nistela Villaseñor
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