Los carbohidratos "simples", como los que se encuentran en galletitas, dulces y papas fritas, son los "solteros deseados" del mundo de la alimentación. Es que brindan un momento de placer único aun sabiendo que pueden ser perjudiciales para la salud. Y además, está prácticamente garantizado que llegará una sensación de culpa después.
Sin embargo, todavía es muy difícil romper con la adicción a ellos. Y son realmente una adicción, tal como describen estudios como el de la American Heart Association. Peor aún, incluso si se tiene cierto "cuidado" sobre la ingesta, es posible sorprenderse con la cantidad que se consume sin siquiera notarlo.
Siendo tan penetrantes y tan difíciles de resistir, especialistas explican qué pasaría en el cuerpo si se renuncia a ellos, según publica Time.
-Cuando se renuncia a los carbohidratos se empieza a quemar grasa. Inmediatamente después de reducir la ingesta de carbohidratos ricos en calorías se reduce automáticamente la cantidad de calorías que se consumen a diario, lo que obliga al cuerpo a quemar la grasa almacenada alrededor del abdomen para obtener energía.
-Cuando se renuncia a los carbohidratos se siente menos hambre. Las calorías no sacian el hambre, son los nutrientes: fibras, proteínas y grasas saludables. Por desgracia, los carbohidratos refinados simples carecen de los tres, incluso cuando llenan el cuerpo con calorías. Así que no importa la cantidad que se coma, el cuerpo va a ir en busca de más.
Por ello, se aconseja empezar el día con un alto contenido de proteínas, comida rica en grasa como el yogur griego, huevos revueltos con verduras, o budín de chía.
-Cuando se renuncia a los carbohidratos se aplana el abdomen. Una de las primeras cosas que se notará cuando se reemplazan los carbohidratos simples por alimentos ricos en fibra es que el vientre puede aplanarse. La razón es que, por ejemplo, la mayoría de los estadounidenses sólo consumen 15 de los 25 a 38 gramos recomendados por día, según el Instituto de Medicina. Como resultado, los microbios intestinales saludables que mantienen "magras" a las personas, tienen menos para picar, y los microbios ?que gustan del azúcar? se hacen cargo. Esos son los responsables de causar hinchazón, y hacer que el abdomen se vea más grande de lo que realmente es. "Aumentar la fibra puede ayudar a promover una regularidad saludable", dice Isabel Smith, médica dietista y fundadora de Isabel Smith Nutrition.
Se aconseja cambiar el pan blanco por granos enteros, por ejemplo, y si se tiene hambre entre comidas, consumir frutos secos crudos. "Los frutos secos son una gran fuente de fibra y grasas saludables, que puede ayudar a combatir la inflamación en el cuerpo y promover la digestión", añade Smith.
-Cuando se renuncia a los carbohidratos se tiene más energía. No todos los carbohidratos son malos, por supuesto. El cuerpo necesita carbohidratos para funcionar correctamente, y son especialmente importantes para el cerebro y la función muscular. El cambio de carbohidratos simples a verduras, pan integral, avena, arroz integral, la quinoa y otros granos enteros garantiza tener un flujo constante de energía y evitar las subidas y bajadas que causan los carbohidratos simples.
La cantidad segura de hidratos de carbono es de unos 50 gramos al día, según la Clínica Mayo; hay que evitar estar por debajo de esa cantidad para evitar mayores caídas de energía. Una taza de harina de avena y una mitad de una banana es todo lo que se necesita para llegar a ese total.
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