jueves, 8 de enero de 2015

Oymyakon, el pueblo más frío del mundo. Te quedarás helado sólo de verlo.

Si crees que el frío a llegado a tu pueblo o ciudad, quizá antes deberías conocer este gélido pueblo.
Hoy visitaremos el pueblo de Oymyakon, en Rusia, y lo haremos de la mano de las fantásticas y heladas fotografías de Amos Chapple, un fotógrafo profesional con sede en Nueva Zelanda. Oymyakon es conocido como el pueblo más frío del planeta habitado permanentemente. La temperatura media en enero es de -50º C (-60º F). En 1933 se registró la temperatura más baja vivida por los habitantes de este pueblo helado, -67,7 ° C (-90 ° F).
Por más ganas que tengas de ver las fotografías de este pueblo, antes te recomendaría que te pongas un jersey, una manta y prepares un café calentito porque te va a entrar el frío en el cuerpo con sólo mirar estas fotografías.

La “Ruta de los Huesos” es la única manera de llegar a Oymyakon.


“Oymyakon, el polo del frío.”


¿Empiezas a sentir el frío?


 La temperatura media de enero en Oymyakon es de -50 ° C (-60 ° F).


Así te quedas.


Los habitantes de Oymyakon utilizan letrinas porque el suelo está tan congelado que es imposible instalar sistemas de alcantarillado.


En el mercado casi exclusivamente encontraremos carne y pescado. Los cultivos son complicados aquí.


Incluso las vacas sienten el frío de la zona.


En la noche no pueden dormir al raso.


Así que duermen en este refugio.


El frío es tan intenso que los vehículos deben guardarse en garajes con calefacción. Si dejas el coche fuera o en un garaje sin calefacción, simplemente no serás capaz de arrancarlo de nuevo.


Esta es una de las pocas tiendas de la ciudad. Pero eso si, tiene de todo.



La central térmica de carbón mantiene a los habitantes del pueblo calientes.


O, por lo menos, lo intenta.


El contraste del exterior al interior de una casa es impresionante.


Un simple paseo por aquí parece una aventura épica.


Creo que alguien tendrá que comprar unas botas nuevas.



Este es el pueblo más frío del mundo.


Creo que he estado escribiendo este artículo demasiado ligero de ropa, no me puse la bufanda, el gorro, ni los guantes, creo que me esperan unos días de resfriado. Uno no puede ver el pueblo más frío del mundo sin tomar precauciones…

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