Ronald Evans y su equipo han desarrollado una píldora que "engaña al cuerpo" al hacerle creer que ha consumido calorías.
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Una pastilla aspira a convertirse en la nueva promesa anti obesidad: "engaña al cuerpo" para que queme grasas y ayudaría a frenar el aumento de peso, bajar el colesterol y controlar el azúcar en sangre.
"Esta pastilla es como una comida imaginaria", explicó el director del Instituto Salk, en Estados Unidos, Ronald Evans, autor del estudio publicado en la revista Nature Medicine.
La desarrolló un equipo de científicos de Estados Unidos, Suiza y Australia. Y hasta el momento sólo fue usada en ratones. La píldora "envía el mismo tipo de señales que normalmente se producen cuando se ingiere mucha comida, de manera que el cuerpo empieza a dejar espacio libre para almacenarla, pero no hay calorías ni cambios en el apetito", señaló Evans.
El equipo de investigación ya está trabajando para poner en marcha ensayos clínicos con humanos para probar la eficacia del nuevo compuesto en el tratamiento de la obesidad y las enfermedades metabólicas.
Si los experimentos con pacientes funcionan tan bien como con los ratones, la idea sería que las personas con sobrepeso tomaran una pastilla diaria para mantener bajo control la balanza. Aunque como ya advierten los científicos del Instituto Salk, actuaría como una ayuda más dentro de un plan para adelgazar. Es decir, el medicamento no permitiría dejar de lado el gimnasio y la actividad física ni seguir una dieta razonable.
Según el estudio, el compuesto, a base de fexaramina, no se disuelve en la sangre como los supresores del apetito o los medicamentos para dieta con base de cafeína, sino que se queda en el intestino, lo que provoca menos efectos secundarios. El laboratorio de Evans dedicó casi 20 años a estudiar el receptor X fernesoide (FXR), una proteína implicada en la liberación de ácidos biliares del hígado, la digestión del alimento y el almacenamiento de grasas y azúcares. El cuerpo humano activa el FXR al comienzo de la comida para prepararse ante la llegada de alimento, de manera que no sólo dispara la liberación de ácidos biliares para la digestión, sino que modifica los niveles de azúcar en sangre y hace que el cuerpo queme algunas grasas. Las compañías farmacéuticas ya han desarrollado medicamentos sistémicos que activan el FXR para tratar la obesidad, la diabetes, enfermedades de hígado y otras metabólicas, pero ese tipo de medicamentos afectan a diversos órganos y producen efectos secundarios, según informa el artículo publicado en la revista Nature Medicine.
Evans se planteó si activar el FXR sólo en el intestino, en lugar de en el intestino, hígado, riñones y glándulas suprarrenales a la vez, podía tener un resultado diferente. Así, desarrollaron el compuesto de fexaramina que al ser administrado oralmente sólo actuaba en el intestino, sin llegar a pasar al torrente sanguíneo, de manera que disminuía los efectos secundarios y lo hacía más eficaz para frenar el aumento del peso. Cuando los científicos administraron a ratones obesos una pastilla diaria durante cinco semanas, estos dejaron de ganar peso, perdieron grasa y disminuyeron sus niveles de azúcar en sangre y de colesterol, en comparación con los animales no tratados. Dado que el compuesto de fexaramina no llega al torrente sanguíneo es posible que sea más segura en los humanos que otros medicamentos que tiene como objetivo activar el FXR, agrega el estudio.
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