La religiosa, que pertenecía a Las discípulas del Niño Jesús, había jurado años atrás castidad al Señor y fidelidad eterna
La religiosa desconocía su estado de buena esperanza |
Según el diario 'Corriere della Sera', una monja de clausura del convento de San Severino Marche en la provincia italiana de Macerata, acudió de urgencia al hospital acompañada de otras monjas con un fuerte dolor de barriga que para su sorpresa, se trataba realmente de un embarazo.
Al inicio, tras la existencia de dudas, se le realizaron diversas pruebas y una ecografía que definitivamente desvelaron el misterio. La religiosa rompió aguas horas más tarde y tuvo un parto natural en la sala de ginecología del hospital Bartolomeo Eustachio. La sorpresa de los médicos surgió cuando se dieron cuenta de estaban asistiendo el parto de una madre primeriza que había jurado años atrás castidad al Señor y fidelidad eterna, pues pertenecía a Las discípulas del Niño Jesús.
La mujer, de origen sudamericano, había ingresado en el convento en junio (estando ya encinta). Ha decidido quedarse con el pequeño y no darlo en adopción, por lo que según la prensa local, abandonará el convento para acudir a un centro de acogida. El niño será llamado Francisco en honor al Papa.
Este es el segundo caso de una monja que tiene un hijo desde 2011 en la región de Marche. En aquel año, una religiosa de 41 años y de origen africano dio también luz a una niña en el hospital de Pésaro. La mujer dijo que había sido violada por un sacerdote y tras no reconocer al bebé cuando dio lo dio en adopción. Pero poco después, cambió de idea, reclamó ante la justicia y ésta le dio la razón, comenzando un pleito con la familia adoptiva que hoy por hoy continúa.
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