Océano en Malé de las Maldivas el 26 de diciembre de 2004. |
Los recientes estudios sobre el dióxido de carbono (CO2) en el Océano Austral –Antártico, sugieren que fue el CO2 el que puso fin a la última glaciación, destacaron Gianluca Marino, de la Universidad Nacional de Australia, y Miguel Martínez-Boti, de la Universidad de Southampton.
Sobre este hecho los autores advirtieron respecto a un posible similar escenario frente al rápido aumento de CO2 del último siglo debido a las actividades del hombre.
“La humanidad está llevando a cabo un experimento a gran escala con la Tierra, y las consecuencias ya son perceptibles en forma de aumento de las temperaturas atmosféricas y oceánicas, elevando los niveles del mar y la acidificación del océano, por nombrar algunas. ¿Cómo la absorción oceánica de CO2 se va a operar en el futuro, sigue siendo desconocido, pero los estudios como el nuestro mejoran nuestra comprensión de cómo funciona el océano para almacenar y liberar carbono en escalas de tiempo de miles de años y que, por tanto, son mucho más allá del alcance del registro instrumental”, explicaron los científicos el 12 de febrero, luego de publicar su investigación.
Más de 50 millones de kilómetros cúbicos de hielo cubrían América del Norte y Escandinavia en la Edad de Hielo hace 80 mil años. Cuando se derritió hace aproximadamente entre 19.000 y 10.000 años atrás, se elevó el nivel del mar en unos 130 metros, señalaron los autores, según la Universidad Nacional de Australia (ANU).
“Esto se produjo después que las concentraciones de CO2 aumentaron en aproximadamente un 50 por ciento desde 180 hasta 280 partes por millón, entre la última era de hielo y el período interglaciar actual, es decir después que se liberó el CO2 de los océanos”, según se desprende en su estudio. Esta liberación se produjo cuando los niveles de CO2 de los océanos eran superiores a los de la atmósfera.
Los autores advirtieron que hoy tenemos en la atmósfera niveles de más de 400 partes por millón, algo nunca visto desde hace 3 millones de años, y con un alza tan veloz que “no tiene precedentes”. Sumado a este hecho, el nivel de CO2 de los océanos es ahora 60 veces más que el de la atmósfera por lo que Marino y Martínez buscan hacer conciencia en la comunidad internacional.
Desde las aguas profundas del sur del Atlántico, Índico y Pacífico, conocidas como Océano Austral, salen a la superficie en esta zona las grandes cantidades de CO2.
Esto se debe a que una baja concentración de ciertos nutrientes (por ejemplo, hierro) en las aguas superficiales, limita el metabolismo de los organismos planctónicos que consumen el carbono. Al no poderse consumir todo el carbono llevado a la superficie del océano, este CO2 es "des gasificado" a la atmósfera.
“Encontramos un enlace. Cuando los glaciares de la última edad de hielo se derritieron, y la atmosférica de CO2 iba en aumento, las aguas superficiales del Océano del Sur y el Pacífico Ecuatorial Oriental también eran más ácidas. Esto determinó un aumento de la concentración de CO2 - mucho más alto que (el de) la atmósfera”, señalaron los autores de la investigación.
“Esta es la principal conclusión de nuestra investigación: el mar era una fuente de CO2 para la atmósfera durante los intervalos claves de la última desglaciación, lo que explica el gran aumento de las concentraciones de CO2”, reiteraron los autores.
A diferencia de hoy, durante la Edad de Hielo había menos intercambiado entre el océano y la atmósfera, “sobre todo porque el océano Austral era intensamente estratificado y las aguas profundas rara vez llegaban a la superficie”.
“Los nutrientes y CO2 se acumulaban en las profundidades del Océano Austral, debido a la descomposición de la materia orgánica que se estaba produciendo en la superficie del océano y se transportaban al abismo”, agregó el informe. Hoy la situación es diferente.
La preocupación de los autores es que 155 mil millones de toneladas de carbono, alrededor del 30 por ciento del total de las emisiones humanas, se acumularon en los océanos desde la revolución industrial.
Además, los niveles atmosféricos de CO2 superaron la barrera de 400 partes por millón en los últimos años, algo que nunca se había visto desde el Plioceno, es decir alrededor de 3 millones de años atrás.
Lo notable además es que la tasa o velocidad de aumento “no tiene precedentes en el período de “encendido-apagado” de los glaciares que hemos tenido desde entonces”.
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